Empezamos la era del Segundo Doctor, Patrick Troughton, y lo hacemos con la primera aparición de los Daleks en la Cuarta Temporada. Los primeros minutos de Troughton en escena van en dirección del final del serial anterior: la serie no busca reconfortar al espectador, si no todo lo contrario, que nos sentamos amenazados, al igual que Ben y Polly, por la presencia de este hombre, preguntándonos donde se ha metido nuestro buen Doctor.
Aún así, el serial no tarda mucho en centrar su atención el la trama principal, que es sin lugar a dudas de lo mejor que dieron los Daleks en los 60, y su primer serial escrito por otra persona que Terry Nation: David Whitaker, otro de los nombres que suenan mucho en esta etapa.
Es una de estas historias en la que el número de Daleks es muy reducido (solamente 4), compensándolo con una tensión muy conseguida, demostrando lo aterradores que pueden ser un puñado de estos seres. Esta es la primera vez que se usa esta formula, y refuerza mi opinión de que este tipo de historias son las más adecuadas para estos enemigos.
El Segundo Doctor acaba de vender este serial, siendo magnifico de principio a fin, demostrando ser mucho más vivaz que su predecesor, y también algo manipulador, haciéndose pasar por un despistado para ocultar sus verdaderas intenciones. Su personaje enamora tanto a lo largo del serial que, para cuando acaba, tanto Ben y Polly como el espectador han olvidado su reticencia inicial y aceptado a este hombre como Doctor. No está mal para solo 6 episodios.