Vuelve a los seriales históricos el hombre que brindó sus dos mejores ejemplos, John Lucarotti. El problema es que el evento histórico elegido aquí es muy denso y ello resulta en una trama un poco demasiado complicada.
Aún así hay muchas cosas interesantes aquí, como William Hartnell interpretando a otro personaje a parte del Doctor, o muchas escenas de lucimiento para Steven, que ya se había convertido en un companion que me gustaba especialmente. Además, sus últimos minutos contienen, en primer lugar, otro de los monólogos míticos de Hartnell, y luego la introducción de un companion más precipitada de la historia con la llegada de Dodo Chaplet.